jueves, 15 de noviembre de 2007

La coma del cometa Holmes, mayor que el Sol


La coma del cometa Holmes, mayor que el Sol

Imágenes: imagen del cometa Holmes obtenida por el CFHT en la que se aprecia su coma de 1.4 millones de kilómetros. El punto blanco brillante en el centro de su coma es el núcleo del cometa. Como comparación se muestra la imagen del Sol y del planeta Saturno a la misma escala.

La erupción del cometa Holmes -inicialmente observada el 24 de octubre- ha ido extendiéndose desde entonces a una velocidad constante de 0.5 km/s, incrementando el brillo del cometa medio millón de veces. El origen de este fenómeno se encuentra en una erupción de polvo en su pequeño núcleo de roca y hielo cuyo diámetro se calcula en solo 3.6 km. Si bien este tipo de fenómenos es habitual en los cuerpos cometarios, la virulencia en el caso del cometa Holmes es especialmente destacada y sin precedentes. Tampoco es la primera vez que se observa este comportamiento en dicho cometa, pues hay registros de una erupción doble que tuvo lugar en noviembre de 1892 y enero de 1893. Lo que ahora se preguntan los científicos es si se puede reproducir un comportamiento similar, de manera que esta previsto que se sigan llevando a cabo observaciones desde los observatorios de Hawaii para monitorizar la actividad de este cuerpo.

Las imágenes obtenidas también muestran el crecimiento de la cola en el cometa (región difuminada en la zona inferior derecha), generada por la presión del viento solar sobre los granos de polvo de la misma. Durante las próximas semanas y meses se espera que tanto la cola como la coma se expandan aún más al tiempo que el cometa va disminuyendo de brillo debido a la dispersión del material polvoriento.

El cometa Holmes pertenece a un tipo de cuerpos cuyas órbitas están fuertemente influenciadas por los efectos gravitatorios del planeta Júpiter. Concretamente, este cometa recorre su orbita en seis años, aunque se piensa que durante los últimos 4.5 millones de años orbitaba nuestra estrella a una distancia mas lejana a la del planeta Neptuno, una región conocida como el Cinturón de Kuiper, de la que fue desviado hasta adquirir su órbita actual durante los últimos miles de años. Su destino es incierto: en los próximos miles de años puede acabar precipitándose contra el Sol, colisionando contra el planeta Júpiter, abandonando el sistema solar o simplemente desintegrándose como consecuencia de la perdida del material de su núcleo.

Más información:
http://www.ifa.hawaii.edu/faculty/jewitt/holmes.html

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